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El uso de la inteligencia y seguridad en el sector turístico

A nadie escapa que el turismo es desde hace décadas uno de los motores de la economía para España, no sólo por las inversiones nacionales o el desarrollo del sector servicios asociados, sino también por las inversiones en el extranjero que las empresas españolas tienen. El uso de la inteligencia puede aumentar resultados positivos.

Cuando hablamos en Inteligencia de la necesidad que el sector conozca las herramientas para proteger y analizar sus intereses en el extranjero, no sólo nos referimos a conocer y ejecutar un correcto soft landing para ver a la competencia, proveedores, las relaciones comerciales, la creación de redes de confianza institucional… si no también al área más delicada y de la que no es polite hablar: Aplicar la Inteligencia y a los analistas para evaluar los riesgos de seguridad que pudieran existir en las áreas de interés; no sólo económicas, políticas, ideológicas, sino también los riesgos sociales, los problemas éticos o religiosos.. y por supuesto poder tener información veraz para tomar las decisiones adecuadas en tiempo, plazo y forma.

La inteligencia da elementos para intervenir de forma operativa en cada momento, en cada lugar de la mejor forma posible. Ya sea con SOCINT (inteligencia sociocultural, de la que ya hemos hablado otras veces) o ya sea con políticas de comunicación, influencia y acercamiento a los diversos actores implicados.

Para que la Inteligencia sea de verdad aplicada al sector turístico en el extranjero, no es suficiente con conocer el turismo y sus leyes de comercio, ni saber mucho sobre el sector servicios o tener las ISOS correspondientes, ni el AENOR u otras certificaciones. Los riesgos de los que hablamos no se preocupan del cumplimiento del grado de servicio, o de que los procesos cumplan los estándares de calidad. Para responder a estos nuevos riesgos hace falta conocer el terreno operativamente, hay que tener fuentes humanas que te asistan y confíen en ti. El analista de inteligencia de este sector tan estratégico, no es un experto en dirigir servicios hoteleros o turísticos, no es un consultor de atención al cliente que evalúa la calidad o los indicadores de la competencia. El analista en estos terrenos hace otras cosas: evalúa riesgos, ve y mide los indicadores que podrían amenazar a una inversión de forma estratégica, da soluciones para diluir la amenaza en la medida de lo posible. No hay en un mundo global seguridad absoluta, el mundo asimétrico del que tanto se habla también aparece en los estables y solidos mercados de servicios de hostelería.

Un analista de inteligencia no es un director de seguridad, por más que muchos estén habilitados para ello, pero te permite evaluar globalmente los riesgos para asistir correctamente al usuario final y al oferente de servicios, que debe adaptar su oferta a los nuevos riesgos.

En realidad conozco poca gente que de verdad pueda decir que integra el valor de ser un experto en SOCINT, maneje seguridad y operaciones, sea analista de inteligencia, y esté versado en análisis del terreno. Las empresas turísticas pueden y deben usar estas herramientas y personas para proteger sus inversiones en el extranjero.

Hace algún tiempo se decía que una mala opinión de un cliente hacía perder diez reservas futuras. Hoy un mal análisis de riesgos en ciertos lugares o un error en inteligencia motivado por el desprecio al experto puede costar a la compañía mucho más que reservas futuras.

Fernando Cocho, Socio Fundador de H4dm